La comida tiene una función: alimentarnos y darnos energía. Hasta aquí, perfecto. Pero, ¿y si también pudiéramos usarla para aumentar nuestra autoestima?
Ya, ya. Suena a gilipollez vendehumos.
Pero mi experiencia me ha demostrado que lo que comes y cuánto te quieres está mucho más relacionado de lo que creemos.
Porque alimentarnos a base de comida basura supone que no le estamos dando importancia a lo único que nos mantiene con vida: nuestro cuerpo. En lugar de darnos el combustible que necesitamos para estar llenas de energía y que todo funcione como debería, optamos por la solución “fácil”.
Y claro, todavía somos jóvenes y los problemas no golpean nuestra puerta, así que comprendo que quizás estar más sana no sea la mayor de tus preocupaciones, pero…
¿Y si te dijera que mediante una buena alimentación puedes tener más energía y una actitud más positiva que derive en una mayor seguridad en ti misma y autoestima?