Hace poco me planteé un viaje. Tenía las ganas, el tiempo y los recursos para hacerlo. Si por mí fuera, me habría ido a la mañana siguiente.
Y entonces tuve una conversación de esas que empiezan como intrascendentes y terminan dándole la vuelta a tu mundo sin darte cuenta. Fue la primera vez que tuve el valor de aceptar que en el 80% de los viajes que había hecho hasta ahora había estado huyendo.
A veces de alguien. A veces de algo. Casi siempre de mí misma.
Y no te imaginas la crisis psicológica y emocional que tuve al comprender que todo se trataba de un maravilloso malentendido. Que algo de lo que había aprendido tantísimo había sido un conjunto de parches cubriendo huecos de mi vida.
De modo que un montón de dudas aparecieron en mi cabeza: ¿Y si nunca me había gustado viajar en realidad? ¿Y si no debería de haber hecho todas esas escapadas? ¿Y si ahora también estaba huyendo y no lo sabía?
Y solo había una forma de averiguarlo… De nuevo, tenía que mirar bajo la cama y ver qué monstruos me esperaban allí abajo.
Lo cierto es que durante años he huido de mi vida, de no tener ni idea de qué hacer con ella. Al fin y al cabo, mientras viajas esos juicios sobre lo que deberías de estar haciendo desaparecen entre las coordenadas.
Pero tarde o temprano te das cuenta de que esos problemas de los que intentabas escapar siguen esperándote en casa si es que no te los has llevado en la mochila entre las bragas y los calcetines sucios.
Ahora me dedico a lo que realmente quiero, estoy apostando por mi sueño de ayudar a los demás mediante mi experiencia y me siento extremadamente afortunada por ello. ¿De qué coño estaba huyendo esta vez?
De nuevo, la respuesta era obvia: de mí misma.
Estos últimos meses han supuesto un cambio brutal para mí:
He terminado una relación sentimental, me he mudado a Alicante de nuevo, he empezado mi propia web, y como te contaba el otro día, me he sentido más sola que nunca.
Así que era el momento perfecto para que esa pequeña voz cuya única misión es el autosabotaje y que llevaba tanto tiempo en Stand by viera su oportunidad para volver a darme caña:
No eres lo suficientemente buena. No puedes con esto sola. Vas a fracasar.
Reacción casi automática: HUYE.
Pero el viaje que tenía en mente pretendía ser bonito, salvaje y ridículamente loco (según algunas personas). Algo así no podía surgir del miedo. No podía ser la excusa de que las cosas no salieran bien. Estaba retrasando el avance de mi vida desapareciendo de ella y me negaba a seguir haciéndolo. Ya no.
Decidí que me iría SOLO si estaba 100% segura de que no estaba huyendo.
A las dos semanas compré los vuelos para el mes siguiente. De esta forma tenía tiempo para seguir avanzando en la web sin excusas y sobre todo, para encontrar mi lugar en aquella nueva vida que, aunque había elegido yo, sentía como si me la hubieran tirado a la cara de golpe.
Y aquí estamos, a solo unos días de empezar mi Reto620.
Comenzaré mi camino en Lisboa y caminaré 620 kilómetros en 23 días hasta Santiago siguiendo esas famosas flechas amarillas que tanto me gustan, pero iré acampando sola tanto como me sea posible.
Antes de que me lo preguntes: SÍ, ME ATERRA ACAMPAR SOLA! Y precisamente por eso quiero hacerlo 🙂
Quiero compartir este viaje contigo así que para que no te pierdas nada, puedes seguirme en las redes sociales (Instagram, Facebook). Prometo contarte todo, sin filtros, como soy yo 🙂
Se acabó el huir, tengo muchísimas ganas de hacer al fin un viaje por y para mí sin sentir que estoy dejando problemas aparcados esperándome. Les he dicho a los monstruos que hay debajo de mi cama que salgan a bailar un rato, que dentro de un par de días hacemos la mochila.
Y tú, ¿de qué huyes?
Esperanza dice
Básicamente estás haciendo eso que me dice mi madre cuando sólo quiero escuchar música los fines de semana en lugar de ordenar mi cuarto: “¿es que no puedes escuchar música y limpiar al mismo tiempo?”. Cumples con tu obligación (en tu caso seguir analizándote a ti misma), sin dejar de hacer lo que más te gusta (que para ti es viajar). Creo que has sido endemoniadamente inteligente.
¡Mucha suerte en tu aventura!
Raquel F. dice
Muchísimas gracias Esperanza!!
Esperemos que pueda realmente hacerlo todo ^^
Un abrazo!
R
Ana dice
Yo hace unos días descubrí que negué al mundo, que me aislé, comencé a huir de mis hermanos porque yo creía que eran esto o lo otro…sin darme cuenta de que eran mi salvación una oportunidad para verme y sanarme, llevo casi un año aislada, cuando yo amo los momentos con amigos,.si he aprendido a estar sola, pero la verdadera curación te la da la vida a través de experiencias…que lo más fácil es estar sola (miedo que tenía antes de una ruptura amorosa de 17 años)
Hoy no niego al mundo hoy abro mis brazos y observó porque todo soy yo y es una oportunidad para conocerme y llegar a mi interior!!! Agradecida
Por cierto disfruta del viaje …yo lo hice el año pasado y fue una experiencia maravillosa …..?
Raquel F. dice
Muchísimas gracias por tu aportación, Ana!
Y enhorabuena por todo lo que has conseguido trabajar, es maravilloso ver cómo las personas crecen y se encuentran a sí mismas en este mundo, tantas veces algo loco.
Un abrazo fuerte!
R