En el camino de autoconocimiento y superación personal, hay algo que nadie cuenta para no desalentar a las personas que acaban de empezar, y es que todo lo que aprendas lo vas a tener que aprender de nuevo. Más de una vez. Y de dos.
No importa cuán “iluminada” estés o el tiempo que lleves trabajando por conocerte y saber qué es lo que quieres de la vida o de ti misma, en algún momento todo parecerá derrumbarse ante tus ojos de nuevo (Pero en serio… ¿qué será de mí?) y sentirás que tienes que volver a empezar.
¿Significa eso que todo lo que has hecho hasta ese momento ha sido perder el tiempo?
No.
Pero las crisis existenciales y las lecciones tienen su momento y lugar, y a veces necesitamos tropezarnos con la misma piedra para que adopten otra forma. Hoy quiero contarte sobre mi última gran recaída y cómo conseguir salir viva (que no ilesa) de ello sin tirar todo lo que has hecho hasta ahora a la basura.
Si me sigues en las redes (Instagram) ya sabrás que llevo un par de semanas un poco perdida. Y por “un poco perdida” me refiero a triste de cojones. O como yo digo directamente, hecha una mierda (lo siento, pero este tema necesita crudeza).
Circunstancias de la vida completamente ajenas a mí pero inevitables han hecho que de alguna forma haya retrocedido en mí misma y me haya sentido exactamente igual que lo hacía hace ya casi 10 años: pequeñita, insignificante y vacía.
Esto ha influido en mi forma de comunicarme con las personas de mi vida, con el mundo y conmigo misma. Comencé a sentirme insegura y compararme de nuevo con otras chicas(me habría venido bien releerme mi artículo sobre la dependencia emocional, sinceramente), me veía mal y sin nada que aportar.
Si esto te ha pasado alguna vez (o estás ahora mismo en ese momento), quizás te suceda como a mí y recaigas en lo más profundo de tus comportamientos tóxicos (en mi caso, la bulimia) y tu primer pensamiento sea: “genial, tanto tiempo de avance y crecimiento tirado a la basura”. Y probablemente de la mera vergüenza, lo único que quieras sea esconderte del mundo sin tener ni puta idea de cómo seguir. Personalmente puedo decirte que tras vomitar esa primera y única vez en cinco años, era consciente de que algo en mí se había roto y no sabía cómo diablos arreglarlo.
Y en estos casos tienes dos opciones: alejarte de todo y acercarte solo a personas que no te conocen para que no sepan que has cambiado, o coger a tu vulnerabilidad de la mano y acercarte aun más a las personas que más te conocen (y que, además, más te quieren).
Y sinceramente, la primera opción parece mucho más sencilla. O como poco, da menos miedo. Porque cuando sientes que no estás preparada para ver todo eso en lo que has cambiado y que, de alguna forma, has perdido por el camino, permitir que otros te vean como esta versión rota y provisional es como desnudarte delante de ellos. Sin maquillaje. Sin meter barriga. Sin más.
Pero por más que sea la opción más dura, la experiencia me ha demostrado que vale la pena porque esas personas te darán la fuerza para volver a encontrarte, o como poco, serán capaces de recordarte cuáles son esas cosas que te hacen ser tan especial como eres.
Por norma general no soy partidaria de buscar validación externa y pienso que tienes que ser capaz de darte amor y cariño a ti misma, pero lo cierto es que aquí ninguna somos superwoman y todas tenemos momentos en los que el cielo se nos echa encima y no tenemos ni idea de quiénes somos como para encima saber cuáles son nuestras virtudes.
Por eso creo que apoyarnos en las personas que nos quieren tal y como somos para volver a darnos cuenta de lo jodidamente geniales que somos no es algo malo ni denota debilidad.
Solo demuestra que eres amada.
De modo que busca apoyo y déjate ayudar, porque mereces ser ayudada. Busca en ti la paciencia para dejar que las emociones pasen y todo vuelva poco a poco a su cauce y sé lo suficientemente amable como para darte un tiempo de no estar bien (o como en mi caso, estar hecha una mierda) porque ser fuerte también es permitirte estar triste.
No saldrás siendo la misma de todo esto. Dejarás atrás partes de ti misma que estaban rotas y ya no necesitas y juntarás las piezas nuevas formando una versión mejor y más sabia de la mujer que ya eras en un principio. Y me muero por conocerla.
¿Qué te ha parecido el artículo de hoy? ¿Tú también estás en un momento de crisis existencial? ¡Cuéntamelo en un comentario!
Jessica dice
Artículo muy muy muy necesario.
Todos pasamos por eso y es necesario hablarlo y que te recuerden que puedes apoyarte en las personas que te quieren.
Mil gracias y sigue así.
Vlc dice
Sabía reflexión. Gracias! Nunca estamos solas… Siempre hay luz. Un abrazo y ánimo a todas las que estamos en ese punto!
Raquel F. dice
Gracias a ti por tu comentario preciosa 🙂
Itsas dice
Buenas!!! He llegado a la página por casualidad pero tengo que decir que me ha encantado el artículo. También estoy en un mal momento de la vida. Como que me veo estancada y quiero cambiar pero los miedos y la timidez me frenan. Aunque luego siempre intento sacar la parte buena de las cosas jeje. Un saludo!!!
Raquel F. dice
Hola bonita!
Pues bienvenida a Qué Será de Mí!
Me alegro de que te haya gustado el artículo y espero que te sirva!
Estamos juntas en esto, pero saldremos con cariño y paciencia 🙂
Un abrazo!